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Combatir la violencia histórica mediante el diálogo en Nigeria
Formados en el arte del diálogo interreligioso, estos líderes religiosos están haciendo de Nigeria un lugar más pacífico.
Para los promotores de la paz en Nigeria, 2021 terminó con una nota deprimente. El sábado 18 de diciembre, a menos de dos semanas del nuevo año, estalló la violencia mortal entre agricultores y pastores en el estado de Nasarawa, en el centro del país. Se perdieron al menos 45 vidas.
Estos incidentes son devastadoramente comunes. Apenas pasa un día sin que haya noticias de conflictos relacionados con la fe en la nación más poblada de África. En algunos casos, como el de la conflagración del mes pasado, la dimensión religiosa se encuentra oculta: los pastores nómadas fulani son predominantemente musulmanes, mientras que los agricultores con los que compiten por los derechos de pastoreo son mayoritariamente cristianos. En otros casos, como la emboscada a los fieles que volvían de rezar, las motivaciones sectarias son más evidentes.
Las divisiones intercomunitarias de Nigeria están tan arraigadas que la búsqueda de la paz puede parecer a veces desesperada. Pero en medio de la oscuridad, hay signos de luz. Con el apoyo del KAICIID, los líderes religiosos de todo el país están uniendo fuerzas para perfeccionar sus habilidades de resolución de conflictos, aprovechando el poder del diálogo interreligioso en un esfuerzo por construir un futuro mejor.
El diálogo interreligioso combate la violencia histórica
Con una población dividida a partes iguales entre el islam y el cristianismo, las divisiones étnico-religiosas están fuertemente entretejidas en el tejido de la sociedad nigeriana. Estas diferencias generan recelos, desconfianza y, finalmente, enfrentamientos violentos, que siegan innumerables vidas cada año.
Con una firme decisión de contrarrestar las causas más profundas de los disturbios, el Foro de Diálogo Interreligioso por la Paz (IDFP por sus siglas en inglés), apoyado por el KAICIID, estableció Unidades de Diálogo Interreligioso (UDI) para fortalecer las capacidades de consolidación de la paz de los líderes religiosos en las zonas propensas al conflicto.
Desde 2020, diez UDIs en diez estados diferentes han trabajado con decenas de líderes religiosos, desarrollando sus habilidades de colaboración, información y resolución de conflictos. Aprovechando esta formación, los interesados se encargan ahora de abordar las tensiones sectarias en sus comunidades de origen, afrontando los retos de frente con la ayuda del diálogo interreligioso.
Alerta temprana en el estado de Oyo
Las tensiones religiosas pueden agudizarse en cualquier lugar en el que se reúnan personas de diferentes creencias. Esto incluye las escuelas públicas, como se vio en el estado nigeriano de Oyo el año pasado.
"Descubrimos que algunas personas acosaban a las estudiantes por usar el hiyab en las escuelas", explica el pastor Ayodele Ayo, colíder de la UDI del estado suroccidental. "Además, algunos directores de escuela rechazaban a las nuevas profesoras porque llevaban hiyab".
No fue suerte que Ayo y su equipo recibieran un chivatazo de que se estaban gestando problemas. De acuerdo con la formación recibida del IDFP, habían establecido una relación con los funcionarios del gobierno local para ser notificados de los puntos conflictivos relacionados con la fe en la comunidad.
Conocidos como "sistemas de alerta temprana", estos acuerdos son un elemento importante para la resolución de conflictos, ya que detectan disputas comunitarias o cambios de comportamiento que presagian un posible estallido de disturbios.
Conscientes de que era necesario intervenir, Ayo y sus colegas de la UDI realizaron una investigación para identificar las escuelas que más preocupaban, y luego programaron una reunión con los altos dirigentes del estado.
"Recibimos la confirmación de que la práctica de la religión no estaba prohibida en público, y nos dijeron que citarían a las personas implicadas", dice Ayo. "Gracias a nuestra rápida actuación, se evitó una crisis".
Afrontar la ignorancia
La violencia religiosa tiene casi siempre su origen en la ignorancia. Cuando los individuos entienden poco sobre las personas de diferentes credos y tradiciones, la desconfianza y el odio pueden arraigar con facilidad. En el estado de Abia, predominantemente cristiano, este parece ser el caso.
"La gente de mi comunidad y mi familia cree que los musulmanes adoran la luna", explica Yusuf Ukaegbu, que ayuda a dirigir la UDI de Abia. "Ni siquiera saben que los musulmanes creen en Jesús".
Abordar esta carencia de conocimientos ha sido la prioridad de Ukaegbu desde que recibió su formación en el IDFP. Con un sólido conocimiento tanto del cristianismo como del islam, utiliza sus habilidades interconfesionales para destacar los puntos en común de las dos religiones: la paz, el respeto a la dignidad humana y la atención a los necesitados.
Ukaegbu cree que centrarse en estas similitudes y enfrentarse a las ideas erróneas en torno al "otro" es una forma eficaz de reducir las tensiones. En las últimas semanas, ha ayudado a mediar en una disputa de tierras entre dos familias, una cristiana y otra musulmana. Aunque al principio se mostraron hostiles, Ukaegbu ha ayudado a las dos partes a verse como iguales, y han acordado proceder pacíficamente.
Un enfoque conjunto de la seguridad
El diálogo es primordial a la hora de promover la paz, pero a veces es necesario un enfoque más directo de la seguridad. En Nigeria, esto puede ser problemático. Las fuerzas de seguridad del gobierno son vistas con desconfianza, y a menudo se movilizan milicias locales no reguladas para mantener el orden.
Estos grupos de vigilancia, reclutados según criterios étnico-religiosos, tienen un historial de enfrentamientos violentos, por lo que algunos estados han decidido hacer las cosas de forma diferente.
"En nuestra comunidad, hemos puesto en marcha un gigantesco grupo de seguridad en el que miembros de la fe cristiana y musulmana se unen para patrullar como uno solo", explica Mary Asibi Gonsum, de la UDI del estado de Plateau. "Esto nos ha unido, y ahora nos vemos como guardianes de nuestros hermanos".
La presencia física de la unidad ayuda a disuadir la violencia y la anarquía, pero también envía un poderoso mensaje visual sobre los méritos de la colaboración interreligiosa: cristianos y musulmanes codo con codo, manteniendo la seguridad de su comunidad.
Lucha contra la conversión forzada
Sin embargo, no todos los conflictos estallan a la vista del público: algunos se producen a puerta cerrada. Las conversiones forzadas son un buen ejemplo.
En el estado de Taraba, los casos de conversión religiosa forzada suelen remitirse a un tribunal para su resolución. Se trata de un sistema imperfecto, dice Maryam Adamu Lanko, de la UDI del estado, ya que las dos partes no pueden discutir el asunto directamente en busca de un acuerdo mutuo.
"Para solucionarlo, hemos creado centros de mediación en los que la parte musulmana y la cristiana pueden hablar entre sí, hablar de cómo empezó todo y asegurarse de que no hay conflicto".
Dar a las personas de diferentes confesiones el tiempo y el espacio necesarios para entenderse es la clave de un diálogo interreligioso eficaz, algo que Lanko aprendió durante su formación en el IDFP.
Un futuro más brillante
A poco más de un año de las próximas elecciones en Nigeria, el espectro de los disturbios relacionados con la campaña política se cierne sobre nosotros. Por ello, el programa de UDI está previsto que se amplíe, con planes para incluir a cada uno de los 36 estados del país.
"Si podemos recorrer toda Nigeria, creo que podemos dar a cada región la misma estructura de diálogo interreligioso", afirma Muhammad Jameel Muhammad, copresidente del Consejo Central de Coordinación del IDFP. "Y cuando lo hayamos hecho, confío en que finalmente lograremos la convivencia pacífica".
En el corazón de Abuja (Nigeria), los…