Mujeres del sijismo, el islam, el budismo y el catolicismo se reunieron, unidas tanto por sus valores compartidos como por los retos singulares a los que se enfrentan, dispuestas a debatir su papel como impulsoras del cambio. Reconocieron el poder que tienen, a pesar de que a menudo se las infravalora, subestima y juzga en exceso. A la mañana siguiente, estas mujeres volvieron a reunirse para aportar soluciones colaborativas a sus problemas comunes. En otra sala de diálogo, un grupo multiconfesional se centró en los problemas específicos de los jóvenes, mientras que un tercer equipo estudió cómo la innovación puede colmar las lagunas de la investigación y fomentar el diálogo interreligioso.
Así se vislumbraba en la Conferencia Ciudades de Diálogo del Sudeste Asiático, celebrada en Davao (Filipinas) del 12 al 14 de septiembre, organizada por el Centro Internacional de Diálogo - KAICIID en colaboración con el Instituto Al-Qalam de la Universidad Ateneo de Davao. Más de 75 participantes de distintas confesiones procedentes de todo el Sudeste Asiático, en particular de Kuala Lumpur, Bangkok, Singapur, Yogyakarta y Davao, se dieron cita en la segunda edición de la conferencia. El liderazgo del KAICIID en la promoción del diálogo interreligioso e intercultural para lograr ciudades integradoras en la región desempeñó un papel crucial en la configuración de estas iniciativas.
Las Naciones Unidas informan de que más del 50% de la población del Sudeste Asiático reside actualmente en zonas urbanas, una cifra que se espera que aumente hasta el 70% en 2050 a medida que aumente el número de jóvenes que buscan oportunidades educativas y económicas. Aunque este crecimiento urbano presenta nuevas oportunidades, también plantea importantes retos. Para hacer frente a estos retos será necesaria la participación de mediadores interreligiosos que promuevan la cohesión social, aunando los esfuerzos de los políticos locales, los líderes de la sociedad civil y los agentes religiosos.
La iniciativa Ciudades de Diálogo del Sudeste Asiático, que se puso en marcha en Bangkok en 2023, fomenta la colaboración multisectorial para construir ciudades inclusivas y sostenibles. Sirve de plataforma para compartir conocimientos y buenas prácticas, haciendo hincapié en el diálogo interreligioso e intercultural (DII y DIC) como herramientas para abordar los retos del desarrollo local. El segundo evento, celebrado en Davao, puso de relieve la importancia de empoderar a las mujeres y a los jóvenes, garantizando que sus voces den forma a un desarrollo urbano inclusivo. A través de estos esfuerzos, el KAICIID está impulsando un cambio significativo en la confluencia de la fe, la comunidades y el desarrollo.
Esta conferencia es una clara demostración de nuestra dedicación colectiva al avance y la promoción del diálogo cultural, que sirve de puente para conectar diversas culturas, tradiciones y perspectivas, fomentando comunidades más inclusivas y pacíficas», declaró la Dra. Trisha Ann Jasmin Villafuerte, consejera local, al pronunciar el discurso de bienvenida en nombre del alcalde de la ciudad de Davao, Sebastian Z. Duterte. «Estamos unidos en nuestro objetivo de fomentar el diálogo, el entendimiento mutuo y la colaboración entre nuestras ciudades.
Los asistentes compartieron, tanto en el escenario como en debates informales, sus impresiones sobre el modo en que la urbanización está repercutiendo en la cohesión social.
Benjie Maynopas, representante de los jóvenes de la Iglesia del Evangelio Cuadrangular de Davao City, destacó que las ciudades ofrecen un acceso a Internet mucho mejor que las islas de países archipelágicos como Indonesia o Filipinas. A medida que más personas migran a zonas urbanas, aumenta su exposición a la información online, pero también el riesgo de desinformación, que Maynopas identifica como uno de los principales retos a los que se enfrenta la juventud actual. «Los medios sociales presentan diferentes perspectivas e ideas, lo que a menudo les lleva a confundir su identidad», explica.
En Kuala Lumpur, conocida por su diversidad religiosa y cultural, Charanjit Kaur, profesora adjunta de la Universidad Tunku Abdul Rahman, destacó que clasificar a las personas por su raza o religión suele marginar a grupos minoritarios como los sijs. Esta práctica puede dar lugar a que las autoridades municipales pasen por alto a determinadas comunidades religiosas a la hora de diseñar iniciativas, lo que conduce a la exclusión y la desigualdad. «Sin las asignaciones adecuadas, sus necesidades son ignoradas», declaró Kaur, señalando que en Malasia, las personas que no se adhieren a las principales religiones como el islam, el budismo, el hinduismo o el cristianismo son frecuentemente etiquetadas como “no religiosas”. Expresó su frustración, señalando que, como sij devota, esta clasificación le resulta ofensiva, ya que simplifica en exceso las identidades minoritarias en una sola categoría, lo que agrava aún más las desigualdades.
También se mencionaron con frecuencia otros problemas acuciantes, como los efectos del cambio climático en las zonas urbanas, la creciente prevalencia de problemas de salud mental y de personas sin hogar, así como la discriminación de género. Sin embargo, el sentimiento predominante entre los asistentes fue que la superación de las divisiones religiosas a través del diálogo interreligioso (IRD) podría desempeñar un papel fundamental a la hora de abordar estos problemas.
Benjie Maynopas destacó cómo el IRD puede ayudar a los jóvenes a evitar la desinformación, mientras que el jeque Abdulrahman Caderao, de Davao, hizo hincapié en su potencial para reducir las ideas erróneas sobre otras religiones. «Mediante conversaciones abiertas y respetuosas fomentamos una sociedad más cohesionada», señaló. La Dra. Charanjit Kaur compartió además cómo el IRD podría ayudar a abordar los retos relacionados con la inclusión, especialmente en entornos urbanos diversos.
En Yogyakarta, la reverenda Kristi ha defendido la creación de relaciones sólidas y la comprensión de las mujeres a través del grupo interreligioso de mujeres Srikandi Lintas Iman. Para ello, ha facilitado visitas a diversos lugares de culto y ha contribuido a forjar relaciones sólidas y al entendimiento entre las distintas religiones.
Este espíritu de conexión interreligiosa se reflejó en la conferencia de Davao, donde los participantes visitaron el templo de Long Hua, la catedral de San Pedro, el ayuntamiento, el consejo municipal y la aldea tribal de Kadayawan. Estas visitas concluyeron en la Universidad Ateneo de Davao, donde los asistentes entablaron un diálogo informal sobre las raíces católico-musulmanas del instituto Al Qalam, reforzando el poder de las experiencias compartidas para tender puentes y profundizar en el respeto mutuo, al igual que han hecho los esfuerzos de la reverenda Kristi en Yogyakarta.
La conferencia concluyó tras unas sesiones de diálogo temático en las que se exploró el potencial sin explotar del diálogo interreligioso (IRD) y el diálogo intercultural (ICD). El grupo de jóvenes se centró en el fortalecimiento de la red SEA Y4H (Southeast Asian Youth for Humanity), proponiendo una ceremonia anual para reconocer a los jóvenes líderes que defienden e inician actividades sobre DRI/IDC y la creación de una revista para destacar tales esfuerzos.
El grupo de mujeres propuso facilitar las conexiones entre líderes religiosos y gobiernos locales para la consolidación de la paz y crear programas de formación sobre alfabetización digital y salud mental para mujeres, garantizando la igualdad de acceso a oportunidades tradicionalmente dominadas por los hombres.
El grupo de investigación e innovación abogó por un enfoque basado en las «5 C» (en inglés): colaboración con los medios de comunicación locales para promover el DIR, conexión entre distintas generaciones, creación de proyectos artísticos urbanos para fomentar la inclusividad, búsqueda de puntos en común en la espiritualidad de las distintas religiones y atención a la conservación del medio ambiente. «No podemos dedicarnos al DIR si no tenemos un planeta en el que vivir», afirmó el moderador Romeo Cabarde, que insistió en la necesidad urgente de abordar el cambio climático.
El KAICIID, en su calidad de organizador, expresó su compromiso de convertirse en socio en el avance de estas soluciones, especialmente a medida que amplía sus programas de diálogo interreligioso e intercultural en el Sudeste Asiático. Mitra Modaressi, Directora de Programas para Asia del KAICIID, subrayó la importancia de adaptar el apoyo al contexto geográfico único de la región. «Estamos aquí para escuchar sus retos y apoyar la creación de un entorno propicio en el que puedan surgir soluciones a través de iniciativas de diálogo», afirmó.
De cara al futuro
El KAICIID apoyará el desarrollo de propuestas pertinentes basadas en las prioridades y los recursos de la organización para darles forma de iniciativas interurbanas a lo largo del próximo año. La esperanza es que para el tercer evento de 2026, que se celebrará en Kuala Lumpur, ya se hayan puesto en marcha acciones concretas, con resultados que mostrar. «Dediquemos el próximo año a trabajar juntos para encontrar nuevas formas de utilizar el IRD/ICD como herramienta para los retos de desarrollo de la región. », animó Modaressi a los asistentes.