Al hablar en la apertura de la primera "Asamblea sobre Mujeres, Religión y Diplomacia", la Prof. Azza Karam, Secretaria General de Religiones por la Paz Internacional (RfP), quiso dejar las cosas claras.
"El trabajo de las mujeres religiosas no es nada nuevo", dijo. "Lo que sí es nuevo es la colaboración entre hombres y mujeres para alzar la voz de las mujeres a la hora de hablar de verdades concretas, críticas y globales".
Y, admitió con una sonrisa burlona, que "se necesitaron bastantes hombres para poner el tema de la mujer, la religión y la diplomacia en la agenda mundial en este evento".
Organizada por RfP con la Fundación Diálogo de Paz de las Religiones del Mundo y la Sociedad Civil (Ring for Peace) y apoyada por el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania, la asamblea se celebró en línea del 10 al 13 de noviembre en Lindau, Alemania. A pesar de las dificultades originadas por la pandemia del COVID-19, los convocantes crearon un formato híbrido, con alrededor de 250 líderes religiosos, diplomáticos y representantes de la sociedad civil de todo el mundo reunidos tanto en persona como virtualmente.
El Dr. Kezevino Aram, co-moderador de RfP y miembro de la Junta Directiva del KAICIID, dijo que la crisis sanitaria mundial ha enfatizado el papel de los actores interreligiosos, al "enfrentarse al reto de trabajar juntos de una manera más constructiva".
"Incluso en medio de una crisis podemos mantener el diálogo", dijo.
Tras el éxito que tuvo la 10ª Asamblea Mundial de Religiones por la Paz celebrada en Lindau el año pasado, que reunió a más de 900 líderes religiosos, esta asamblea, cuyo título era "Mantener la fe y transformar el mañana" se centró en "el nexo entre la mujer, la religión y la diplomacia, dando importancia a los respectivos papeles y contribuciones de las mujeres y destacando su liderazgo".
El objetivo de la asamblea era ayudar a los asistentes a "apreciar mejor la amplitud y la profundidad de las contribuciones que hacen las mujeres en los ámbitos de la religión y la diplomacia a lo largo de todo el mundo", dijo Karam.
En las sesiones plenarias y en los grupos de trabajo se hizo hincapié en la necesidad de crear alianzas multilaterales y colaboraciones entre múltiples partes: jóvenes y viejos, mujeres y hombres, y comunidades de diversas tradiciones religiosas. En el orden del día, figuraban una serie de cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible, la igualdad de género, la pandemia mundial, la educación interreligiosa, la consolidación de la paz y el diálogo.
En cada sesión se subrayó que "el empoderamiento de la mujer no es sólo una cuestión de la mujer, sino que es una cuestión que concierne a todo el mundo", dijo Karam.
Durante la ceremonia de apertura, diferentes líderes religiosos, entre ellos la Rev. Kosho Niwano, Codirectora y miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación para la Paz, así como miembro de la Junta del KAICIID, se refirieron al liderazgo y la labor de las mujeres en sus respectivas tradiciones y a la necesidad de seguir trabajando en este sentido.
"Las mujeres pueden guiarnos para hacer que el mundo sea más seguro para todos, no sólo para nuestros propios intereses. Espero sinceramente que la asamblea nos acerque a este mundo", dijo.
Según los informes de ONU Mujeres, las barreras a la igualdad de educación, al trabajo decente y a los salarios justos ayudan a explicar por qué sólo uno de cada cuatro escaños del parlamento nacional y puestos directivos está ocupado por mujeres, lo que, lamentablemente, hace que sus perspectivas estén infrarrepresentadas en los procesos de toma de decisiones.
Los ponentes hicieron referencia a la reciente reelección de Jacinda Ardern como Primera Ministra de Nueva Zelanda y a la elección de Kamala Harris como vicepresidenta electa de los Estados Unidos, como una señal de cambio lento pero positivo. También afirmaron la labor crítica y el servicio de las mujeres de fe en las religiones de todo el mundo.
El Excmo. Sr. Metropolitano Emmanuel Adamakis, Codirector de RfP y miembro de la Junta Directiva del KAICIID, dijo que, si bien la Iglesia Ortodoxa se considera a menudo patriarcal, "las mujeres son, quizá, expresiones preeminentes de la moralidad centrada en la persona en la tradición ortodoxa".
"Las mujeres, más que nadie, y tal vez, en primer lugar, como madres", dijo, "nos enseñan a vivir como personas, no como individuos, es decir, como seres en una relación, no como seres autónomos e independientes".
Una líder mundial preeminente prestó sus propias palabras de bienvenida a las festividades. La Canciller alemana Angela Merkel dijo que la asamblea era una "doble alegría" para la nación anfitriona, celebrando el 50 aniversario de la RfP y el papel de las mujeres en la construcción de la paz.
Aludiendo a los recientes ataques terroristas en Francia y Austria, Merkel subrayó la importancia del diálogo entre las religiones.
"No debemos dejar espacio a los extremistas que, en su ceguera inhumana, hacen un mal uso de la religión para sembrar la discordia y socavar nuestra coexistencia pacífica", dijo, y "la paz sólo es duradera si las mujeres participan en el proceso".
Reconociendo la importancia del género en los esfuerzos de diálogo interreligioso, el KAICIID ha trabajado activamente para fomentar la capacidad de las mujeres alentando la agencia, facilitando el intercambio mediante la superación de estereotipos y creando mecanismos para apoyar la promoción.
Por ejemplo, el proyecto del KAICIID "Empoderamiento de la mujer en la Región Árabe" involucra a 27 mujeres líderes diferentes de cinco países –el Reino de Arabia Saudí, Siria, Irak, Líbano y Egipto– en un proyecto de capacitación de un año de duración bajo el título #She4Dialogue. El proyecto tiene como objetivo contrarrestar el discurso de odio, aumentar la cohesión social y crear capacidad para que los agentes interreligiosos respondan a las crisis, como la pandemia del COVID-19.
Lamentablemente, mientras los asistentes luchaban con cuestiones como la incitación al odio, la protección de los derechos de las minorías y el papel de las religiones en la prevención de los conflictos, también luchaban con el hecho de que las mujeres no suelen estar en la mesa cuando se trata de abordar esos desafíos.
"Sabemos que las mujeres de todo el mundo se comprometen por la paz y los derechos humanos", dijo la Ministra de Estado alemana, Michelle Müntefering. "Sabemos que la diversidad fortalece la innovación, la eficiencia y la sostenibilidad. Sabemos todo esto y, aún así, el progreso se está produciendo a paso de tortuga."
Müntefering señaló que tanto los gobiernos como las instituciones religiosas no son tradicionalmente conocidos por la igualdad de las mujeres o el liderazgo de las mujeres prominentes. "Esto tiene que cambiar", dijo. Con demasiada frecuencia, continuó, "la única diversidad que se ve en las reuniones diplomáticas de alto nivel" es el patrón de los trajes de los hombres.
La Hermana Agatha O. Chikelue, Copresidenta de la Red de Mujeres religiosas de Nigeria y África, y becada del KAICIID, se hizo eco de estas opiniones, señalando que, si las mujeres están excluidas de la consolidación de la paz por falta de capacidad, es responsabilidad de los líderes religiosos crear esa capacidad y hacer que participen.
Durante su discurso de apertura, señaló múltiples ejemplos -en Filipinas, Myanmar y en su propio país, Nigeria- de cómo las mujeres han demostrado su valentía como pacificadoras en zonas de conflicto al cruzar las líneas para encontrar un terreno común.
"Su labor se inspira a menudo en sus convicciones religiosas", dijo, "pero sólo recientemente las mujeres han empezado a recibir reconocimiento en el campo del diálogo interreligioso, y su integración tanto a nivel mundial como regional no se ha logrado plenamente".
Eso, dijo la Hermana Agatha, deja la paz tambaleándose sobre cimientos inestables construidos por sólo un pequeño segmento de la población mundial.
"Construir una paz sostenible es como construir una casa, requiere un buen plan arquitectónico", dijo. "Incluye la construcción de una coalición de fuerzas, incluyendo hombres, mujeres y jóvenes".
Haciéndose eco de los comentarios iniciales de Karam sobre las colaboraciones necesarias para poner todas las voces sobre la mesa, la Hermana Agatha declaró que "son necesarios un enfoque colectivo y una responsabilidad compartida."
"No podemos abordar los desafíos del mañana sin involucrar a las mujeres en el proceso hoy", dijo. "Todas las manos deben estar participando si queremos transformar el mañana de verdad".