Los líderes religiosos y sus comunidades alejan a los jóvenes de las drogas, el extremismo y la violencia; llevan apoyo social y espiritual a los prisioneros y sus familias; y son clave en la rehabilitación y resocialización de los liberados para evitar la reincidencia. Sin embargo, la contribución de las organizaciones religiosas a la prevención del crimen suele pasarse por alto u olvidarse. Una reunión llevada a cabo recientemente en la sede de las Naciones Unidas en Viena, organizada por el Centro Internacional de Diálogo (KAICIID) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), procuró corregir esta omisión.
Con base en cifras y estudios internacionales, líderes religiosos, responsables políticos y representantes de organizaciones intergubernamentales de todo el mundo reunidos el 21 de mayo en la sede de las Naciones Unidas en Viena, subrayaron el papel vital que cumplen las organizaciones religiosas en la prevención del crimen e hicieron un llamado a una mayor cooperación y un mayor reconocimiento de su trabajo por parte de los gobiernos.
Los líderes religiosos presentaron ejemplos de su trabajo en pos de la prevención del crimen en sus comunidades. Por ejemplo, según relataron representantes británicos, la Iglesia Metodista organizó una caminata de 200 km de Birmingham a Londres para llamar la atención sobre el aumento de los ataques de arma blanca en el Reino Unido. El Imán y Jeque Mohammad Ismail, capellán musulmán de la Universidad de Sheffield y subdelegado para el Sur de Yorkshire, habló del accionar común de líderes religiosos de Sheffield en materia de crímenes de odio, violencia doméstica o consumo de drogas.
“Es preciso reconocer el trabajo de las organizaciones religiosas y los líderes religiosos, en particular en cuanto a la prevención del crimen. Esto ayudará a los países y las comunidades a mejorar, estructurar y desarrollar el papel que cumplen los líderes religiosos a la hora de hacer frente al delito. Las Naciones Unidas pueden desempeñar un papel muy importante alentando a los Gobiernos de todo el mundo a generar proyectos estructurados que incorporen a las organizaciones y los líderes religiosos en la prevención del crimen”, afirmó el Imán Ismail. El Imán Ismail es, además, miembro del Consejo de Liderazgo Musulmán-Judío del KAICIID, una plataforma conjunta de líderes judíos y musulmanes europeos.
El Juez Friedrich Forsthuber, Presidente del Tribunal Penal de Viena, explicó que la atención pastoral en las prisiones es uno de los sistemas de apoyo más antiguos con que cuentan los prisioneros, y los ayuda a hacer frente a los problemas cotidianos, en una tarea similar a la que realizan los trabajadores sociales y psicólogos. “La libertad religiosa en las prisiones no es posible sin la asistencia de los representantes religiosos”, reconoció.
También sobre la base de la experiencia austríaca, Franz Scharl, Obispo Auxiliar de Viena, explicó que las organizaciones religiosas pueden llevar esperanza a los prisioneros ofreciéndoles apoyo espiritual, acceso a los sacramentos, retiros y terapia artística. Instó a aumentar la cooperación con las instituciones religiosas para los programas posteriores a la liberación; por ejemplo, dando apoyo en materia de vivienda y ayudando con el proceso de resocialización.
La Reverenda Dracy Roake, Ministro de la Iglesia Unitaria Universalista Comunitaria de Nueva Orleans, Luisiana (Estados Unidos), que tiene la segunda tasa de encarcelamiento del mundo, advirtió que casi el 50 % de los reclusos menores de edad regresan a prisión dentro de los 3 años de su liberación a causa de las dificultades para reintegrarse en la sociedad, el desempleo o el subempleo. También subrayó que los hijos de personas encarceladas tienen más probabilidades de abandonar los estudios o de terminar también en prisión. “Las personas de fe reunidas en torno a la mesa de trabajo pueden ser aliadas, pueden ser la voz de los afectados. Con las relaciones de confianza que se forjan a lo largo del tiempo, se posibilita el impacto directo y la injerencia a la hora de tomar decisiones políticas o de plantear soluciones e ideas”, sostuvo, resaltando la necesidad de trabajar tanto en la etapa de reclusión como cuando esta finaliza.
Los panelistas coincidieron en que las religiones comparten valores comunes como la compasión, la solidaridad y el apoyo a los necesitados. Estos valores compartidos motivan el trabajo de las organizaciones religiosas en materia de prevención del crimen. “Los líderes religiosos y las organizaciones confesionales trabajan desde hace muchos años en la prevención del crimen. Reconocemos que los líderes religiosos tienen gran influencia y son muy activos en el nivel de base. Debemos encontrar formas de aunar fuerzas para lograr un mayor impacto sobre el terreno”, manifestó el Embajador Álvaro Albacete, Secretario General Adjunto del KAICIID. “Los líderes religiosos están cumpliendo una tarea muy importante. Debemos reunirlos en torno a la mesa de trabajo, crear conciencia de lo que están haciendo y llegar a hablar a una sola voz”, añadió Gilberto Gerra, jefe de Salud y Prevención del Uso Indebido de Drogas de la UNODC.
El evento, que tuvo lugar paralelamente al 28.o período de sesiones de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal, formó parte de los esfuerzos del KAICIID por hacer oír la voz de las organizaciones religiosas en las áreas en que las organizaciones religiosas, laicas e internacionales tienen objetivos comunes, según explicó el Embajador Albacete: “Resulta muy obvio que la prevención del crimen es tema de interés común”. A modo de ejemplo, mencionó uno de los países centrales en el trabajo del KAICIID, la República Centroafricana, donde los miembros de las comunidades locales han planteado su preocupación por la presencia de drogas y crímenes que afectan su vida diaria. “Y, aunque somos facilitadores del diálogo, debemos dar una respuesta a los desafíos cotidianos que enfrentan nuestros interesados. Nuestro trabajo sobre el terreno y con líderes religiosos se relaciona con este aspecto”.